viernes, 6 de mayo de 2011

Di


Di, ¿te acuerdas de los sueños,
de cuando estaban allí,
delante?

¡Qué lejos, al parecer,
de los ojos!
Parecían nubes altas,
fantasmas sin asideros,
horizontes sin llegada.

Ahora míralos, conmigo.
Están detrás de nosotros.
Si eran nubes,
vamos por nubes más altas.
Si eran horizontes, lejos,
ahora, para verlos,
hay que volver la cabeza
porque los hemos pasado.
Si eran fantasmas,
siente
en las palmas de tus manos,
en los labios,
la cálida huella aún
del abrazo
en que dejaron de serlo.

Estamos al otro lado
de los sueños que soñamos,
a ese lado que se llama
la vida que se cumplió.
Y ahora,
de tanto haber realizado
nuestro soñar,
nuestro sueño está en dos cuerpos.
Y no hay que mirar los dos,
sin vernos el uno al otro,
a lo lejos, a las nubes,
para encontrar otros nuevos
que nos empujen la vida.

Mirándonos cara a cara,
viéndonos en lo que hicimos,
brota
desde las dichas cumplidas
ayer, la dicha futura
llamándonos. Y otra vez
la vida se siente un sueño
trémulo, recién nacido.

PEDRO SALINAS.           

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