Que el amor sea con nosotros,
errantes en círculos perpetuos
donde todo empieza en cada punto.
Todo trabajo es nuevo ahora;
es nueva ahora tu palabra
en cada ocasión que me designa.
Vértigo inmóvil de la rueda,
estable torre de la flama,
quietud paciente de la lluvia.
De tan rojas, brillan y azulean
las viejas lumbres de mis huesos.
Y todo transcurre hacia sus causas.
Rubén Bonifaz Nuño
(En: Albur de amor, FCE, México, 1987).
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