lunes, 14 de noviembre de 2011

Como el fugaz fulgor de su ser ella

A unas peinetas

Alabaré ahora los adornos, las minucias
que escoge para sí cada muchacha.

No los collares, pendientes, brazaletes
de materias preciosas, las que suelen
durar y perdurar y tanto más
que la cándida muchacha.

Sino los broches, las cintas, las peinetas
de materias livianas, que se rompen,
se gastan y se acaban.
Los adornos que escoge para sí
desde el secreto de su aroma.

Tan frágiles, tan leves,
que tiembla mi corazón sólo de verlos.
Tan únicos, tan irremplazables
como el fugaz fulgor de su ser ella.

Eliseo Diego
(1920, La Habana-1994, Cd. de México)

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