En el programa de televisión EDUSAT, el escritor Xavier Velasco dijo, enfáticamente, estar en contra de subrayar los libros que se leen. La razón: el segundo lector, al préstamo del libro, lo encontraría echado a perder, dañado. Si bien subrayado, malo (impone el punto de vista del lector anterior); si mal, peor (puede hacer que el segundo lector no encuentre lo más destacable).
Ángeles Mastreta dijo, a propósito, que cuando era chica subrayaba finito, delgadito, con lápiz, y al terminar de leer el libro borraba los subrayados, para que lo leyera su hermana.
Discrepo de este punto de vista, sobreestima al primer lector y subestima al segundo (y al revés). En todo caso, si son amigos fraternos, inteligentes, el segundo lector encontrará rastros del pensamiento, las ideas, las emociones del primero en sus subrayados, y podrá contrastarlas con las suyas propias, usando un lápiz distinto.
Me encanta subrayar los libros, hacerles anotaciones, poner significados de palabras, ligas a textos afines o contrarios,...
Opino que si el libro me marca, me impresiona, también tengo derecho a hacerlo.
Reconozco que no había considerado si al segundo lector le molestan los subrayados.
Comenzaré a preguntar.
yo no subrayo los libros, pero si me paso de leer libros prestados y al encontrarlos subrayados intentar leer un poquito las ideas del otro. Un gusto siempre pasar por su blog!
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