viernes, 1 de noviembre de 2013

La huella genética


Alec Jeffreys es un genetista, nacido en 1950 en Oxford Reino Unido, que enseña genética en la Universidad de Leicester.  En 1984 desarrolló un método de identificación de personas a partir de su DNA denominado huella genética.  El método permite comparar fragmentos de DNA de una muestra en la escena de un crimen (semen, sangre, pelos, restos de piel,…) con los fragmentos de DNA de los sospechosos y determinar cuáles fragmentos son iguales.  Así, inocentes incriminados son dejados en libertad y culpables puestos en prisión. El primer caso forense en el que se utilizó este método fue para resolver dos homicidios de las jóvenes de 15 años Lynda Mann y Dawn Ashworth, del condado de Leicestershire, que fueron violadas y estranguladas en 1983 y 1986, respectivamente.
El principal sospechoso era Richard Buckland, quien al interrogatorio mostró tener conocimiento del cuerpo de Dawn Ashworth.
Cuando Jeffreys comparó la huella de DNA del semen en el cuerpo de las dos víctimas con el de Buckland, demostró que ambas habían sido violadas por el mismo hombre, pero que el violador no había sido Buckland.
La policía analizó durante 6 meses el DNA de muestras de sangre o saliva de 5000 hombres de Leicestershire sin encontrar al culpable de los asesinatos.
Uno de los hombres, Ian Kelly se jactó públicamente en una ocasión de haber obtenido 200 libras por haber donado una muestra haciéndose pasar por su amigo, Colin Pitchfork, un panadero de la localidad. Esto condujo, en septiembre de 1987, al arresto de Pitchfork, al que se le practicó el análisis que demostró era el culpable de los dos crímenes. El criminal fue condenado a cadena perpetua en enero de 1988.

Así, esta fue la primera vez que mediante el análisis de huella génica se exoneró a un inocente y se condenó a un culpable.

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