Alec Jeffreys es un
genetista, nacido en 1950 en Oxford Reino Unido, que enseña genética en la Universidad
de Leicester. En 1984 desarrolló un
método de identificación de personas a partir de su DNA denominado huella
genética. El método permite comparar fragmentos
de DNA de una muestra en la escena de un crimen (semen, sangre, pelos, restos
de piel,…) con los fragmentos de DNA de los sospechosos y determinar cuáles
fragmentos son iguales. Así, inocentes
incriminados son dejados en libertad y culpables puestos en prisión. El primer
caso forense en el que se utilizó este
método fue para resolver dos homicidios de las jóvenes de 15 años Lynda Mann y Dawn Ashworth,
del condado de Leicestershire, que fueron violadas y estranguladas en 1983 y
1986, respectivamente.
El principal sospechoso era Richard Buckland, quien al interrogatorio mostró
tener conocimiento del cuerpo de Dawn Ashworth.
Cuando Jeffreys comparó la huella de DNA del semen en el cuerpo de las dos
víctimas con el de Buckland, demostró que ambas habían sido violadas por el
mismo hombre, pero que el violador no había sido Buckland.
La policía analizó durante 6 meses el DNA de muestras de sangre o saliva de
5000 hombres de Leicestershire sin encontrar al culpable de los asesinatos.
Uno de los hombres, Ian Kelly se jactó públicamente en una ocasión de haber
obtenido 200 libras por haber donado una muestra haciéndose pasar por su amigo,
Colin Pitchfork, un panadero de la localidad. Esto condujo, en septiembre de
1987, al arresto de Pitchfork, al que
se le practicó el análisis que demostró era el culpable de los dos crímenes. El
criminal fue condenado a cadena perpetua en enero de 1988.
Así, esta fue la primera vez que mediante el
análisis de huella génica se exoneró a un inocente y se condenó a un culpable.
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